Desde los tres años desarrolló el gusto por los juegos de estrategia. A su tierna edad ha sido campeona de torneos internacionales.

Marbella Bojórquez Beltrán es una pequeña niña de 11 años que cursa el sexto grado en la primaria General Rafael Buelna, en la comunidad de El Vergel, del municipio de Navolato. Su fama de ajedrecista se ha desparramado por todas partes, pues nadie le iguala, es la “reina” del ajedrez en Navolato.

A su corta edad ha saboreado en varias oportunidades lo que es el triunfo. Empezó en el mundo de los juegos de estrategia cuando apenas tenía 3 años. Fue su abuelito, Graciano Bojórquez quien le mostró la forma de jugar cartas. El interés de Marbella fue creciendo con el paso del tiempo, al grado de ser una excelente jugadora e incluso ganar las partidas a su abuelo y a quien fuera que le propusiera un desafío.

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Por ser tan hábil con las cartas, la pequeña llegó a convertirse en un fenómeno entre las amistades de la familia. Todos querían desafiarla en la baraja, por lo que su madre, la señora Ausencia Beltrán optó por motivarla a encontrar la manera de canalizar esa habilidad en un juego que le trajera mayores satisfacciones y le ayudara a desarrollar el talento y habilidad a su pequeña hija.

Fue entonces cuando un buen día Marbella se encontraba en la escuela y uno de sus compañeritos de clase, Obed, llevó un ajedrez. Por ser la novedad todos los niños querían jugar y de todos ellos fue Marbella la que logró aprender rápidamente.

“Un día yo estaba en segundo año. Tenía siete años y me encontraba en la escuela cuando Obed, un compañero, hijo de una maestra llevó un ajedrez y nos enseñó a jugar. Fue ahí mi primer contacto con el ajedrez y desde entonces he venido practicando”, asegura.

Así como otros niños se divierten con otros juegos, Marbella lo hace con el ajedrez. Para ella, este se ha convertido en su entretenimiento, pero también en una gran herramienta que la ha ayudado a mejorar sus habilidades escolares.

Esta promesa del deporte de estrategias confiesa que ahora memoriza las teorías con más facilidad y destaca en las matemáticas, su materia favorita. También lee libros o páginas de internet sobre tácticas, aperturas y reglas del ajedrez.

“Voy a seguir practicando para alcanzar mis sueños. Mis papás están orgullosos de mí y por eso quiero demostrar que puedo ser mejor. Yo les diría a otros niños de mi edad que sean perseverantes y que se animen a jugar ajedrez porque no es difícil solo es cuestión de concentrarse, tener una buena apertura, estrategia y táctica”, enfatiza la menor.

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Marbella sin duda es una brillante niña ajedrecista. Ha representado a su primaria, su comunidad, su municipio y a su estado en los diversos torneos de ajedrez donde se ha colgado la presea de oro. Logros que la hacen sentir muy orgullosa.

Pero para ella no todo es ajedrez. Asegura que quiere estudiar medicina para ayudar a sanar a las personas que lo necesiten.

“Yo quiero estudiar medicina para ayudar a salvar a las personas que están enfermas, si no pues también puedo ser maestra de ajedrez, política o ingeniera. Lo que sea puedo lograr si me lo propongo”, dice con la firme convicción de que cumplirá sus sueños.

Uno de los pendientes que tiene Marbella es poder enseñarle a jugar ajedrez a alguien más, así como su compañerito lo hizo con ella.

Además de este deporte que tantas alegrías le ha dado, también disfruta de jugar con sus amiguitas. Pero lo que más hace feliz a esta pequeña de gran corazón es que su familia esté bien de salud y jugar ajedrez, un deporte mental en el que cada día es más destacada. Con esa dedicación Marbella es la “reina” del ajedrez en Navolato.

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