Árboles centenarios ofrecen sombra, historia y vida a la ciudad. Son los “Guardianes del Tiempo”
En medio de la modernidad, al menos 15 árboles centenarios siguen de pie en Culiacán como testigos silenciosos de su historia y vida.

La gran ceiba que da sombra a Plaza Ceiba no siempre estuvo rodeada de cines, restaurantes y tiendas. Mucho antes de que existieran los Campos Coppel o siquiera el pavimento en esa zona, ese árbol ya respiraba.
Creció viendo cómo el campo agrícola se transformaba en un complejo comercial, y aunque todo a su alrededor cambió, ella se quedó ahí, resistiendo como si cuidara la memoria del lugar.
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Otros árboles centenarios en la ciudad

Así como esta ceiba, aún quedan al menos otros 14 árboles centenarios en Culiacán. Son gigantes verdes que han vivido más que la mayoría de los edificios, los autos y hasta las colonias.
Están ahí, silenciosos, limpiando el aire, refrescando el clima, atrapando carbono, reteniendo agua, dándole casa a las aves y sombra a quien se detiene a observar.
“Somos los principales beneficiados con la presencia del arbolado urbano en la ciudad”, explica la bióloga Cecilia Acosta, ex directora de Ecología en Culiacán.
Ella insiste en que no solo brindan servicios ambientales indispensables, como captar agua y regular el clima, sino que también son parte de nuestra historia, de lo que somos.
Guardianes del tiempo

Y justo eso es lo que quiere rescatar la asociación civil La Ola Verde con el relanzamiento de su programa Guardianes del Tiempo, una iniciativa que busca reconocer a los árboles con más de 100 años como patrimonio ambiental de la ciudad.
El primer “guardián” reconocido fue un imponente huanacaxtle de más de 116 años ubicado en el Parque Los Cedros, en el sector donde se encuentra una embotelladora de refresco.
Conoce la ubicación de estos árboles
Ahora, otros árboles también han sido identificados, como los cinco álamos de la Isla de Orabá, el huanacaxtle junto a la Casa de la Cultura de la UAS, y la ceiba de Plaza Ceiba, entre otros que se distribuyen por toda la ciudad: en escuelas, cerca de dependencias públicas, en colonias tradicionales y hasta en el zoológico.
“Vamos a colocarles placas con su nombre, especie y un código QR para que la gente escanee y conozca su historia”, explicó Carlos Contreras, presidente de La Ola Verde. Pero el proyecto va más allá de reconocerlos: también se busca que escuelas, empresas o vecinos los apadrinen y se comprometan a su conservación.
La segunda etapa contempla gestionar con las autoridades que estos árboles sean reconocidos como patrimonio ambiental de Culiacán, lo que abriría la puerta a políticas de protección real, incluyendo sanciones a quien los dañe.
Carlos lo resume así: “Queremos que la gente sienta que estos árboles también les pertenecen, que son parte de su entorno, de sus recuerdos, de su historia”.
Apadrina un árbol
Si conoces un árbol que crees que podría tener más de 100 años, puedes reportarlo con La Ola Verde. Ellos lo evaluarán para ver si puede sumarse al programa, o si podría ser clasificado como Árbol Emblemático, una nueva categoría para aquellos que, aunque no tengan un siglo de vida, ya son reconocidos por su comunidad como símbolo del lugar.
Culiacán está creciendo, pero aún hay tiempo para que ese crecimiento sea con raíces.
Preservar a estos árboles no es una moda: es una forma de agradecer a quienes han estado ahí desde antes que nosotros. Y quizá, gracias a su sombra, algún día nuestros hijos también puedan contar que la ciudad se salvó porque alguien decidió cuidar a sus guardianes.