Omar Rocha, el portero de Humaya Culiacán que forja sueños en cada atajada
Omar Rocha, de Humaya Culiacán, lleva diez años dedicado a la formación de porteros
A sus 46 años, es el corazón y alma del Centro de Entrenamiento y Formación Especializado en Porteros Omar Rocha (CEFEPOR), donde imparte su sabiduría adquirida durante más de tres décadas como portero activo, transmitiendo su experiencia a nuevas generaciones de futbolistas.
Desde los 13 años, Omar empezó a defender su portería en el fútbol amateur, jugando torneos de fútbol rápido, futbol Siete y futbol Ocho, lo que le permitió desarrollar habilidades clave como reflejos rápidos, achiques y dominio en el mano a mano.
En los años 90, recuerda con nostalgia cómo en La Campiña, un pequeño campo de fútbol rápido le sirvió como su primera escuela.
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“El fútbol de salón me dio mucha destreza: reacciones rápidas, agilidad y reflejos que más tarde me ayudarían en campo grande, en el Torneo de Los Barrios”, dice mientras observa a sus alumnos practicar.
Omar brinda una formación integral
Su labor no se limita al aspecto físico de sus pupilos. Omar se ha especializado en el trabajo mental y emocional de sus porteros, pues nadie mejor que él entiende las frustraciones y los momentos de gloria que acompañan la vida de un guardameta.
“Sé lo que se siente fallar en una final, o ser el héroe del partido. Esa experiencia es vital para enseñarles a los jóvenes que el portero no solo es el que para, sino también el que se recupera después de cada caída”, reflexiona con un brillo de sabiduría en su mirada.
A pesar de no haber jugado futbol profesional, Omar se formó con figuras destacadas como el ecuatoriano Álex Aguinaga y el chileno Ivo Basay, quienes le proporcionaron valiosos conocimientos que, aunque iban dirigidos al jugador de campo, él se preocupó por pedirles material para porteros que hoy comparte con sus estudiantes.
Su enfoque, basado en una combinación de técnica, experiencia y mentalidad, ha sido fundamental para el desarrollo de porteros que, aunque no siempre alcanzan la estatura ideal exigida por los clubes profesionales, han demostrado su talento en pruebas con equipos como América, Necaxa y el Mazatlán FC.
Con aproximadamente 20 niños y adolescentes en sus filas, Omar divide a sus entrenados en grupos pequeños para asegurar que cada uno reciba atención personalizada.
Riveras del Humaya, su centro deformación
El trabajo que realiza en el parque de Riveras del Humaya, un espacio que ha sido testigo del esfuerzo y las alegrías de sus pupilos durante los últimos cinco años, va más allá del simple entrenamiento físico.
Él se convierte en un guía, en un mentor que, con paciencia y dedicación, forja no solo a futbolistas, sino a jóvenes capaces de enfrentar cualquier desafío, tanto dentro como fuera de la cancha.
Omar sabe que está construyendo más que futuros futbolistas: está dando forma a líderes.