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Entre metales y voluntad: Mariana y Juan Carlos forjaron su camino en el fierro viejo

Mariana y Juan Carlos forjaron un taller de fierro viejo en Culiacán, donde el esfuerzo, la creatividad y el amor familiar sostienen su vida y su hogar

22 julio, 2025
El negocio de Juan Carlos y Mariana está en la colonia Plutarco Elías Calles, por el bulevar Las Torres No. 3037, a pocos metros de la avenida Hilario Medina. | Imágenes de Francisco Castro
El negocio de Juan Carlos y Mariana está en la colonia Plutarco Elías Calles, por el bulevar Las Torres No. 3037, a pocos metros de la avenida Hilario Medina. | Imágenes de Francisco Castro

En la colonia Plutarco Elías Calles, por bulevar Las Torres, número 3037, casi esquina con Hilario Medina, se encuentra un negocio que, más que compra y venta de fierro viejo, representa esfuerzo, reinvención y familia.

Ahí trabajan Juan Carlos Domínguez Valdez y su esposa, Mariana Reynoso, quienes desde 2014 han hecho de la chatarra una fuente digna de sustento y creatividad. Ambos iniciaron este negocio hace 11 años, en busca de estabilidad y con la firme intención de salir adelante sin pedirle nada a nadie.

Juan Carlos Domínguez y Mariana Reynoso realizan algunos artículos como asadores y discos para freír o parrillas para su venta. Los encuentras por el bulevar Las Torres, casi esquina con Hilario Medina.
Juan Carlos Domínguez y Mariana Reynoso realizan algunos artículos como asadores y discos para freír o parrillas para su venta. Los encuentras por el bulevar Las Torres, casi esquina con Hilario Medina.

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“Comenzamos ahí en la esquina y luego nos pasamos para acá. Ha sido complicado porque uno vive de lo que la gente trae. Primero hay que ganarse la confianza”, cuenta Juan Carlos. “Pero con el tiempo la gente regresa, ya nos conocen, ya nos buscan”.



Iniciativa y creatividad distinguen a Juan Carlos

El negocio comenzó con lo básico: compra de metales como fierro, aluminio, cobre y bronce. Pero poco a poco, gracias a la necesidad —y la inventiva— fueron incorporando productos fabricados con los mismos materiales reciclados: asadores, discos para freír, bases para tarjas, hornillas de leña y hasta portagarrafones

“Aquí todo lo que cae lo reciclamos y lo transformamos. No sabía soldar, pero aprendí porque había que hacerlo”, confiesa Juan Carlos, quien en el último año ha sido operado tres veces de los ojos, pero sigue firme al pie del taller.


Entre metales y voluntad: Mariana y Juan Carlos forjaron su camino en el fierro viejo


Su esposa, Mariana, es su compañera en todo. Atiende, cobra, organiza y también mete mano cuando es necesario. Entre los dos sostienen el negocio y el hogar que comparten con su hijo de 13 años, quien estudia la secundaria. 

“Aquí vivimos, aquí trabajamos. De lunes a domingo, de 8 de la mañana a 6 de la tarde. Solo los domingos bajamos el ritmo”, dice Mariana para Tus Buenas Noticias.



Su hogar es su centro de trabajo

La pareja también solía salir a vender sus piezas a los tianguis, pero la inseguridad y el desgaste físico les hicieron decidir quedarse en el local. Aun así, hacen entregas a domicilio y se han ganado clientela fiel

Con humor, incluso colocaron una lona con la frase “Se venden p…”, porque, dicen, cada día venden cosas distintas y nunca falta quien pregunte con curiosidad.

Su herramienta principal es una báscula, una camioneta, un taladro, una máquina de soldar… y muchas ganas de trabajar

“Aquí todo lo que ganamos es honrado. Y cuando hay, también se ayuda. Hay veces que llega un adulto mayor con sus botes y le damos un poco más. No porque sobre, sino porque entendemos lo que es no tener para la tortilla”, concluyen.



Una historia sencilla, pero con valor: de amor, trabajo y resiliencia. Esfuerzos como este nos demuestran la importancia del esfuerzo y la honradez para tener sociedades pacíficas.




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