LABUBU, LA SENSACIÓN EN MUÑEQUITOS

La historia de estos pequeños juguetes.

Este juguete chino con aspecto de gremlin está demostrando ser a prueba de aranceles y de Trump.

Estos peluches, traviesos, pero adorables, causan sensación entre la Generación Z e incluso entre los mayores.

Un Labubu es un elfo nórdico del tamaño de la palma de la mano, con ojos brillantes, dientes afilados y una sonrisa pícara.

Los Labubus son adorables en el sentido de que son suaves, diminutos y vienen en una variedad de disfraces con los que vestirías a tu bebé: 
una calabaza de Halloween o un pequeño overol vaquero. 
Pero tienen ojos fulminantes y una sonrisa de oreja a oreja, con dientes afilados, una mirada fija que aterrorizaría a cualquiera que lo viera en plena noche.

Estos traviesos, pero adorables peluches, son una sensación mundial entre la Generación Z e incluso entre los mayores, y suelen colgarse de bolsos, mochilas y trabillas de cinturón. 
La gente acude en masa a los centros comerciales y espera horas para comprar Labubus y sus criaturas, que aparecieron por primera vez en los cuentos de "Los Monstruos" en 2015, en misteriosas "cajas sorpresa", lo que significa que el comprador no sabe cuál le tocará de una colección determinada.

El distribuidor de los peluches, la empresa china de juguetes Pop Mart, está experimentando un crecimiento meteórico tanto en China como en el extranjero.
En Estados Unidos: en 2024, Labubus generó 410 millones de dólares) de los 1,800 millones de dólares) en ingresos de Pop Mart. Labubus y otras figuras distribuidas por la compañía han demostrado hasta ahora resistir la tibia confianza del consumidor en EE. UU. y la caótica guerra comercial entre Washington y Pekín, y ese crecimiento no se ha desacelerado.

Pero lo más impresionante no es solo el tamaño de las ventas de la compañía, sino también su tasa de crecimiento.
Los ingresos de Pop Mart fuera de China se dispararon un 375 %, hasta alcanzar los 703 millones de dólares en 2024, y un estudio de Citigroup estimó que los ingresos de Pop Mart en Estados Unidos crecieron entre un 895 % y un 900 % el año pasado.
Fuera de línea, las tiendas físicas de Pop Mart, desde Los Ángeles hasta París y Bangkok, tienen colas infamemente largas, especialmente cuando se lanzan nuevos productos.

El crecimiento también se ve impulsado por una gran cantidad de otras figuras: hay Baby Molly, Crybaby, Dimoo, Pucky y al menos 30 más.

Si tienes la suerte de conseguir un Labubu, puede costar hasta $85 dólares. 
Los revendedores en StockX están subiendo los precios a cientos de dólares.

Y sus fans están dispuestos a darse el lujo. 
Tiene mucha demanda, así que estaría a la altura de un artículo de lujo.

¿De dónde viene esta obsesión?

El crecimiento meteórico de Pop Mart refleja una larga historia de apego a las cosas lindas de Asia (¿recuerdan a Hello Kitty?). 
A pesar del impulso hacia los productos fabricados en Estados Unidos y la proliferación del sentimiento antiasiático durante el auge de la pandemia de COVID-19, la trayectoria de crecimiento de estos juguetes continúa.

Algunas colecciones de Labubu sin duda evocan modas pasadas. 
La gente busca cualquier cosa que les traiga alegría.

Las cajas sorpresa no son nada nuevo.
La idea de comprar algo sin saber exactamente qué contiene el paquete, ha impulsado muchas modas, desde tarjetas de béisbol hasta videojuegos. 
Y los fanáticos de los juguetes se hacen eco de la manía de los Beanie Baby de los 90, o de la sensación de abrir una Cajita Feliz de McDonald 's.

En su página de preguntas frecuentes, Pop Mart afirmó que cubrirá los costos generados por los aranceles y que "los clientes no tendrán que pagar aranceles adicionales". 

Citigroup afirmó que espera que la compañía acelere la diversificación de su cadena de suministro y aumente los precios en el mercado estadounidense, o priorice la expansión en otros países. 
Mientras tanto, las acciones de Pop Mart, que cotizan en Hong Kong, han superado a las de Tencent y Alibaba desde principios de año.

Donde hay moda, hay una imitación.
Para quienes no pueden conseguir un Labubu auténtico, existen imitaciones, pero suelen tener algo de menor calidad o una sonrisa ligeramente deforme.

Y las cajas sorpresa no son exclusivas de Pop Mart. 
Los artículos adorables son un elemento básico de la cultura del este asiático, y tiendas de descuento asiáticas como Miniso y Daiso, que en conjunto tienen cientos de sucursales, venden juguetes de caja sorpresa muy codiciados por menos de 5 dólares. Y cuanto más grande sea el mercado, más probable es que surjan competidores.

Cuando una reportera de la CNN, autoproclamada fan de Sanrio y Miffy, confesó que los monstruos le parecían más inquietantes que adorables, le contestaron: 
"No dan tanto miedo. 
Son unos tontos. 
Mira, necesitas pasar tiempo con ellos".