Así será la estimulación de lluvias con 12 millones de pesos en Sinaloa
El programa de estimulación de nubes ayudaría a terminar con el año más seco de los últimos 30 años en Sinaloa

En medio de lo que se perfila como el año más seco en Sinaloa en al menos tres décadas, la esperanza del campo está en el cielo... y en la ciencia. Con el programa de estimulación de lluvias 2025, los productores agrícolas confían en que el “bombardeo de nubes” pueda ayudar a mitigar los estragos de la prolongada sequía que azota al estado.
El gobernador de Sinaloa Rubén Rocha Moya anunció que apoyarán el programa de estimulación de lluvias con 12 millones de pesos de recursos públicos del programa “Sembrando Nubes”, según lo confirmó este de 2 de junio ante los medios de comunicación.
Explicó que el programa pudiera aplicarse en las cuencas hidrológicas desde el norte hasta Escuinapa, en cuanto se den las condiciones de nubes especiales.
¡Recibe las últimas noticias!
Desde 2011, cuando una helada invernal dejó las presas virtualmente vacías, comenzó en Sinaloa el esfuerzo por implementar esta tecnología. Hoy, tras más de una década de promoción y organización, el programa se ha consolidado como una herramienta real para enfrentar la crisis hídrica.
2024 el peor año en décadas
En un estado donde el 92% del agua se destina a la agricultura y la ganadería, la sequía no solo es una preocupación ambiental, sino también económica y social.
La situación es crítica. “Este es el peor año de los últimos 30. Lo recuerdo como en 2011 o 2012, cuando andábamos en las camionetas en el fondo seco de la presa Sanalona”, rememora para Tus Buenas Noticias Alejandro Gastélum Bon Bustamante, director del Programa de Estimulación de lluvias de México AC.
El programa busca revertir parcialmente esta realidad utilizando tecnología que ya ha sido probada con éxito en países como Estados Unidos, Australia, China, Sudáfrica e India.
En México, sin embargo, aún enfrenta retos de percepción.
“Mucha gente cree que no sirve, que es tirar dinero. Pero los resultados están ahí. Hay evaluaciones, hay metodología, y hay ciencia detrás”, afirma Alejandro Gastélum.

En 2024, el programa logró incrementar en un 9% la precipitación en las áreas intervenidas, según una evaluación independiente realizada por la más seria empresa texana especializada en análisis meteorológico.
Una acción colectiva entre agricultores y gobierno
Este esfuerzo no es aislado ni improvisado. Detrás está la voluntad de organizaciones clave del sector agrícola, como Caades, que agrupa 11 asociaciones en todo el estado; la AARC, que ha liderado el impulso desde sus orígenes; y la URPAES, entre otros.
El programa está tan bien estructurado que incluso se ha invitado a universidades a sumarse para generar conocimiento científico aprovechando esta plataforma tecnológica.
¿Cómo opera la tecnología para la estimulación de nubes?
“El problema de fondo es que no tenemos dinero ni para hacer la estimulación, menos para experimentación. Por eso pedimos que las universidades aprovechen lo que ya se hace y generen ciencia a partir de ahí”, enfatiza el coordinador.
El programa usa aviones mexicanos rentados para cada temporada, los cuales operan desde el aeropuerto de Culiacán o el más cercano al polígono de intervención. En tierra, el monitoreo se hace con herramientas satelitales, modelos matemáticos y radares para predecir condiciones climáticas y tomar decisiones con precisión quirúrgica.
La clave está en la oportunidad: “No se trata de hacer llover donde no llovería. Se trata de hacer que llueva más donde ya iba a llover”, expresa el promotor del programa en Sinaloa.
- Para lograrlo, se identifican nubes con potencial de precipitación y se introducen partículas que favorecen la condensación del agua.
- Los vuelos no se realizan en días con tormentas severas, ya que en esos casos la lluvia ya está garantizada por la naturaleza. Pero cuando las condiciones son adecuadas, el programa puede marcar la diferencia entre una cosecha viable y un campo seco.
Visión a largo plazo
Aunque en 2025 el financiamiento correrá de nuevo por parte del Gobierno del Estado, los organizadores saben que eso no siempre será así. Por ello, han dedicado más de una década a convencer a productores, acopiadores de cosechas, aseguradoras agrícolas y empresas del agro a involucrarse. “Tarde o temprano todos tendremos que entrarle”, advierten.
Lo que está claro es que la estimulación de nubes no es una solución mágica, pero sí una herramienta estratégica frente al cambio climático y la escasez de agua. “Cuando se habla de ciencia y tecnología no se espera un milagro, sino resultados sostenibles. Y eso es lo que estamos construyendo en Sinaloa”, sostiene Alejandro Gastélum, convencido de esta buena acción.