Alicia Jacqueline una dentista que te cambia la sonrisa
Su vocación de servicio la convierte en una apasionada de su profesión. En la Lázaro Cárdenas es la dentista de toda la familia.
Su vocación de servicio la convierte en una apasionada de su profesión. En la Lázaro Cárdenas es la dentista de toda la familia.
Ese aroma a clavo de olor, característico de los consultorios dentales no podía faltar. Un ambiente relajado con música de fondo y el sonido de la turbina dental; ese instrumento que suele ser el terror de muchos pacientes que acuden en busca de alivio para algún dolor de muela, son el escenario perfecto para que Alicia Jacqueline Verdugo Álvarez pueda trabajar.
La doctora es una apasionada de su profesión. “Me gusta mucho lo que hago, mi vida gira entorno a un consultorio dental, trabajo, soy mamá de dos niños y algo que disfruto, es ver la sonrisa de mis pacientes en agradecimiento; eso me llena”, asegura la joven doctora.
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A sus escasos 37 años de edad, es toda una profesional. Desde siempre ha estado relacionada con el mundo de la medicina.
Su madre, Anna Alicia Álvarez, una médico de profesión, la enseñó a ella y a sus hermanos la vocación de servicio. Fruto de ello es que además de Alicia en su familia hay otros dos profesionales dentales y una química.
Recuerda que no siempre tuvo el deseo de ser dentista. Antes de decidirse por esta profesión, tomó la opción de estudiar psicología; aunque también relacionado al campo de la salud, asegura que no es lo mismo ayudar a resolver problemas mentales que bucales.
“Yo empecé a trabajar como asistente dental cuando aún era muy joven, ayudaba a mis hermanos que también son dentistas y aunque estudiaba psicología, descubrí que no era lo que más me gustaba y decidí cambiar de carrera”, dice.
Para ella, ser dentista es más que una profesión. Se ha convertido en su vida. Al día de hoy tiene 12 años dedicando sus esfuerzos en aliviar el dolor de sus pacientes, y sobre todo a devolverles esa sonrisa que muchos han perdido.
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Realizar ese cambio para algunos pudiera haber sido un desafío, pero para la doctora Verdugo fue un reto donde aprendió que lo que más importa en la vida no es lo que los demás digan de ti, sino lo que tú sabes que puedes lograr.
Ella en su día a día se ha dedicado a cambiar vidas y a brindar sonrisas, además de su diplomado en odontopediatría Alicia ha necesitado de paciencia y algunas de las prácticas aprendidas durante su carrera de psicología para lograr que los niños le permitan hacer trabajos en sus pequeñas bocas.
Pero no todo son sonrisas, también ha recibido patadas, llantos, y hasta mordidas.
“Es muy bonito trabajar con los niños, los pacientitos son muy buenos, llegan con temor, pero es cuestión de que te conozcan y que tengan confianza para que se dejen hacer los trabajos. Que siendo sincera también he recibido patadas y mordidas. Hasta las uñas me han arrancado de la mordida”, dice entre risas.
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Pero la doctora comprende que en muchas ocasiones esos temores vienen desde casa; es muy común que las personas sientan temor al visitar a su dentista. Sin embargo, asegura que no hay razón para ello, pues un buen trabajo no causa dolor.
Ser dentista es para ella un placer. Tan es así que ha inculcado ese mismo amor a sus hijos por la profesión. “Me gustaría que mis hijos sigan mi ejemplo. Mi hijo de 16 años quiere estudiar odontología y viene y me ayuda como asistente. Está empezando a amar esta profesión”, dice con orgullo.
Y es que además de enseñarlo a conocer el instrumental, le enseña a reconocer el valor de sus pacientes, le muestra la forma en la que debe atenderlos; y sobre todo, le ayuda a reconocer que los actos de bondad son los que dejan mayores riquezas que se atesoran en el corazón.
Alicia considera que es importante que su hijo aprenda que no solo se trata de hacer un trabajo para cobrar, sino de hacer un buen trabajo que traiga satisfacción al paciente, y porqué no, también al especialista.
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Para ella no se trata de lucrar con el dolor de los pacientes, sino de ayudarlos a solucionar sus dolores dentales y a veces, hasta su autoestima.
Y justamente eso es lo que la caracteriza y la ha hecho tan reconocida entre los habitantes de la Lázaro Cárdenas. La consideran una doctora con calidad humana y con gran sentido de empatía.
Para todos en la Lázaro, Alicia Jacqueline tiene una gran vocación de servicio. La confianza de sus manos te cambia la sonrisa.
Periódico Sector Sur Culiacán marzo 2022
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