En Culiacán, Rossy con dedicación y esfuerzo logró convertir desafíos en oportunidades en su vida
Rosa María González Osuna, con una vida de trabajo desde joven, vende ropa y otros productos en el tianguis de la Lombardo Toledano y sobre la avenida Patria en Culiacán
Culiacán, Sinaloa.- Hablar de mujeres trabajadoras, que no tienen límites para lograr cumplir sus sueños, es hablar de Rosa María González Osuna, una mujer admirable que desde muy niña supo cómo ganarse la vida. Su historia es un claro ejemplo de perseverancia y dedicación, demostrando qué, con esfuerzo y determinación, se pueden superar cualquier obstáculo.
Desde niña inició a trabajar
Nacida en Caimanero, Mocorito, Rosa María comenzó a trabajar en los campos a los 12 años, después de abandonar sus estudios de primaria. A la edad de 22 años, decidió emigrar a la capital sinaloense en busca de una mejor calidad de vida, especialmente para su primer hijo, ya que era madre soltera.
“Inicié a trabajar en el aeropuerto, en un comedor donde se asistían pilotos,” recuerda Rosa María. Más adelante, tuvo la oportunidad de trabajar en el proyecto del Gusano Barrenador, donde recibió un curso en Mazatlán. Sin embargo, su deseo de estar cerca de su hijo la llevó a renunciar a este empleo en Durango.
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Decidida a mejorar su situación, González Osuna regresó a Culiacán y, enfrentando la dificultad de encontrar empleo sin estudios de secundaria, decidió retomarlos y completarlos en un año. Su esfuerzo fue recompensado cuando obtuvo una beca en el Palacio de Gobierno y completó un curso de cajera.
Este importante logro la llevó a trabajar en la Comercial Mexicana por 14 años y posteriormente en Liverpool durante 16 años, donde recibió varios reconocimientos por su desempeño.
En 2017, Rosa María decidió emprender en el comercio, comenzando a vender ropa y otros artículos en tianguis de la ciudad. A pesar de la pandemia, que obligó a suspender sus actividades laborales, su pasión por el trabajo y la atención directa con los clientes la mantuvieron firme en su propósito.
Hoy, a sus 66 años, Rosa María continúa trabajando con la misma dedicación. Los fines de semana, acude al tianguis de la Lombardo Toledano, y entre semana, vende sus productos sobre la avenida Patria. Los miércoles son sagrados para ella, siendo su día de descanso.
Rossy está orgullosa de sus hijos
La vecina de la colonia 5 de Mayo, expresó que todo su esfuerzo se ve recompensado en sus tres hijos, quienes se han convertido en personas de bien gracias al valioso apoyo de sus padres. Su hijo mayor culminó los estudios profesionales de agronomía (QEPD), y sus hijas, una es maestra de educación física y la otra enfermera.
Rossy, como cariñosamente la llaman, asegura que su trabajo no solo le permite cubrir los gastos de su hogar, sino que también es su mejor terapia ocupacional.
Agradece a sus clientes por el gran apoyo que le brindan y afirma que mientras Dios le siga brindando salud, seguirá trabajando con mucho orgullo.
Rosa María González Osuna nos enseña que la verdadera fuerza de una mujer reside en su capacidad de enfrentar la adversidad con valentía y convertir los desafíos en oportunidades.
Su historia inspira y demuestra que, con amor, esfuerzo y determinación, ningún sueño es inalcanzable ni meta imposible. Rossy es un ejemplo brillante de que nunca es tarde para iniciar de nuevo y alcanzar el éxito.