"Paquita la del barrio" de Navolato, endulza vidas con su champurrado
Mejor conocida como “Paquita la del Barrio” ha llevado el sabor de su atole, champurrado y chocolate a todos desde hace 34 años.
En la colonia Los Ángeles, en Navolato, se encuentra una mujer que, con el calor de su cocina y el cariño con el que atiende, ha logrado ganarse el respeto y el afecto de todos los que han probado su atole, champurrado, chocolate y pan con mantequilla.
Su nombre es Maria Luz Félix Rivas, pero en la colonia la conocen cariñosamente como "Paquita la del Barrio", un nombre que resuena en cada rincón donde ella ofrece su humilde y sabroso servicio.
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Un momento de necesidad fue clave para emprender
A sus 34 años de experiencia, “Paquita” ha sido testigo de un cambio en su vida y en Navolato.
Todo comenzó en un momento de necesidad. “No me alcanzaba con lo que ganaba mi esposo, así que decidí ponerme a vender para poder sacar adelante a mis hijos”, recuerda “Paquita” mientras limpia una cuchara con la que sirve su delicioso atole.
Fue así como inició, con un pequeño puesto en la esquina de la calle Agustín Melgar y Costerita, donde vendía por cucharones.
En aquellos primeros años no existían los desechables; los vecinos traían sus vasijas, casuelas o cualquier recipiente para disfrutar de su cálido producto.
“Al principio, la gente no tenía tanto dinero, pero siempre encontraba la manera de ayudarnos. Yo me sentía agradecida porque podía ofrecerles algo tan simple pero tan reconfortante”, comenta para Tus Buenas Noticias.
Una delicia para el paladar
En aquellos tiempos, el negocio consistía en algo muy simple: un atole espeso, chocolate caliente o un champurrado acompañado de un pan con mantequilla.
Hoy, en la actualidad, “Paquita” continúa con el mismo menú que la ha hecho famosa en la colonia, pero ahora sus cifras se han disparado. “Al mes, sirvo cerca de 4 mil 860 litros de bebidas y 3 mil 580 panes. Es mucho trabajo, pero lo hago con gusto por mi gente”, agrega.
Aunque su vida ha sido difícil, "Paquita" nunca ha dejado que la adversidad la derrumbe.
Criar a siete hijos fue un reto, pero el esfuerzo siempre valió la pena. Erika María, Mario Humberto, Flavio Ismael, Reyna Elizabeth, Iván Enrique, María de los Ángeles y Claudia Vanessa son los hijos que Paquita crió con mucho amor y sacrificio.
“Cada uno de mis hijos me ha dado su amor y apoyo, y eso es lo que me mantiene en pie cada día”, asegura "Paquita", quien también tiene el honor de ser abuela de una nutrida descendencia: Jamie, Edwin, Bridgeet, Armando Noé, Génesis, María, Ariana, Karemi, Britany, Ruth, Itzel, Juan y Paola, quienes siempre se acercan a su negocio para visitarla y darle ánimos.
Una mujer resiliente
“Paquita la del Barrio” no es solo una vendedora; es una madre, una abuela y una mujer resiliente que ha logrado transformar las dificultades en oportunidades.
“Lo que más me gusta de este trabajo es ver a la gente contenta, disfrutar de un buen atole o de un chocolate caliente, sobre todo cuando hace frío. Mi gente se siente como en casa, y eso es lo que me motiva cada mañana a seguir adelante”, dice con emoción.
Hoy, con más de tres décadas al frente de su pequeño negocio, "Paquita" es más que una vendedora; es un símbolo de lucha, amor y esfuerzo.
En la colonia Los Ángeles, su nombre está grabado en los corazones de todos, porque no hay tarde en que alguien no pase por su puesto a disfrutar de un delicioso atole o champurrado, mientras se siente el calor del hogar en cada sorbo.