Banqueta mágica en Culiacán: Esperanza ofrece disfraces para todas las edades en la colonia Amistad
Esperanza Rodríguez López es un ejemplo de perseverancia y pasión en Culiacán. Con su negocio de disfraces impulsa el desarrollo emocional infantil y su propio crecimiento personal y familiar


Culiacán, Sinaloa.- Con una sonrisa firme y un brillo de orgullo en la mirada, Esperanza Rodríguez López transforma cada día la banqueta de su casa en la colonia Amistad en un pequeño mundo de colores, imaginación y fe.
Su historia, tejida con hilos de trabajo, amor familiar y una pasión auténtica por el comercio, es reflejo del poder transformador del emprendimiento cuando se une al corazón.
Esperanza crea rincón de fantasía con disfraces en la colonia Amistad, Culiacán
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Desde muy niña, Esperanza entendió que la vida no regala nada, y que cada peso que llegaba a sus manos era fruto del esfuerzo. Vendía frutas y verduras en bolsas, y trabajaba en los tianguis cuando estos florecían en la zona de la calle Miguel Hidalgo.

Aquellos días no solo le enseñaron a ganarse la vida, sino también a desarrollar una virtud que aún la distingue: el buen trato con la gente.
“Siempre me ha gustado el comercio. El tener comunicación con la gente, sobre todo siempre brindarles una buena atención”, contó con el rostro iluminado por los recuerdos.
Después de incursionar en distintos negocios y vender productos durante fechas especiales como el Día del Amor y la Amistad, su intuición y el cariño por los niños la llevaron a descubrir su verdadera vocación: la venta de disfraces.
Lo que inició como un esfuerzo para generar un ingreso extra, hoy es una actividad que le llena el alma y le permite contribuir al desarrollo emocional y creativo de los pequeños.
Para Esperanza, los disfraces no son solo trajes coloridos: “Disfrazar a los niños es importante porque estimula su imaginación, fortalece su autoestima, desarrolla habilidades sociales y emocionales, y les permite expresar sus sentimientos a través del juego”.
Gracias al apoyo invaluable de sus sobrinos Susy y Ramón, así como de una comadre que radican en Estados Unidos, Esperanza comenzó a recibir ropa nueva y de segunda mano para vender. Poco a poco, con dedicación, fue armando su pequeño negocio, siempre desde casa, siempre con mente positiva.

Ahora, su oferta es amplia y diversa: desde disfraces de superhéroes y princesas clásicas como Blancanieves, Cenicienta o Aurora, hasta sombreros locos, calcetas divertidas y mandiles para los “reyes del hogar”.
Su hija menor, quien cursa la preparatoria, la ayuda en las ventas, mientras ella también cuida a su nieta Cataleya.
Estoy orgullosa de mis trabajos porque me ayudan a cubrir los gastos de la casa y especialmente apoyar a mi hija para que siga estudiando”, afirmó la vecina de la colonia Amistad.
Aunque los tiempos no siempre son fáciles y las ventas bajan, Esperanza no pierde el ánimo ni la visión de su sueño: tener su propio local. “Si me fuera bien, hasta dejaría de trabajar en casa. Pero nunca pierdo la fe, gracias a Dios y a mis clientes siempre vendo algo”, dice convencida.
El motor que impulsa cada uno de sus días es su familia, especialmente sus hijos y nietos. Y detrás de todo lo que hace, también vive el recuerdo de su abuelita Celsa López (QEPD), a quien llama su heroína y ángel de la guarda:
“Ella me enseñó a ganarme la vida desde niña. Siempre está en mi mente y mi corazón”.
Esperanza no solo construyó un negocio, sino una forma de vida digna, independiente y ejemplar. Y a quienes aún dudan de emprender, brinda unos excelentes consejos:
“A todas las mujeres que sienten miedo o piensan que no pueden, quiero decirles: sí se puede. Solo debes creer en ti. No necesitas tener todo resuelto para iniciar. Equivocarse es válido, es parte del camino”.
Con cada sonrisa infantil que enciende con sus disfraces, Esperanza reafirma una verdad esencia: los grandes sueños también nacen en las banquetas humildes, bajo la sombra de la perseverancia y la luz del amor.

La vida de esta admirable mujer es prueba viva de que no importa cuán pequeño parezca el inicio, cuando el corazón late con fe, esfuerzo y constancia, los frutos inevitablemente florecen. Y ha demostrado que los grandes logros no siempre nacen de grandes recursos, sino de grandes voluntades.
Esperanza Rodríguez López no solo viste a los niños de héroes y princesas. También nos recuerda con su ejemplo diario que la verdadera magia nace cuando una mujer cree en sí misma y transforma su realidad con valentía, amor y fe.
Porque cuando una mujer se atreve a soñar y luchar por lo que ama, no existe obstáculo que la detenga, ni meta que no pueda alcanzar. Con sus disfraces Esperanza se viste de optimismo.
Dirección del rincón de disfraces de Esperanza
El negocio de disfraces de Esperanza Rodríguez se encuentra sobre la avenida José Vasconcelos, casi en la esquina con Juan Rulfo, en la colonia Amistad, muy cerca del puente del arroyo.
