Oscar Castillo Vega: El muralista mazatleco que pinta con el alma
A sus 70 años y con más de 4 décadas como pintor, Oscar continúa plasmando su arte en Mazatlán


El muralista mazatleco Oscar Castillo Vega tiene una amplia gama de obras realizadas en el puerto. Desde murales hechos en edificios públicos hasta obras recientes realizadas en diversos planteles educativos y sitios particulares.
La obra de Oscar Castillo se extiende por todo Mazatlán, pero también está presente en la capital del estado, el artista asegura que ha pintado más de 100 murales en Sinaloa.
Oscar nació en la colonia Montuosa, vivió en la colonia Juárez y actualmente reside en la Libertad de Expresión. Su obra más reciente está en proceso de creación en el plantel del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos en Pradera Dorada. 
Un viaje de colores: la trayectoria de un artista comprometido
El artista reconoció su gusto por la pintura desde niño, en quinto grado de primaria ganó una beca del Instituto Nacional de Bellas Artes, lo que le mostró un nuevo mundo del que se enamoró y en el que hasta hoy sigue a base de mucho esfuerzo y sacrificio.
“Estudié con una beca del INBA y al terminar gané varios premios de primer lugar en concursos de dibujo y de pintura” platica con orgullo.
A la par de su gusto por la pintura, Oscar decidió continuar con sus estudios convencionales y se graduó de la preparatoria como auxiliar en contaduría pública, incluso ejerció algunos años en Hielo de Mazatlán y en un despacho contable.
Continuó con sus estudios universitarios y dejó trunca la licenciatura en psicología por seguir sus sueños e irse a estudiar pintura en la Escuela de Ciencias Visuales de Aguascalientes.
“Cuando regresé a Mazatlán me puse a dar clases de pintura en la secundaria Sinaloense, en la prepa Sinaloense y en la preparatoria José Vasconcelos, dieciséis años estuve dando clases ahí desde que yo tenía 23 años de edad”, recuerda.
Más de 100 murales: un legado visual en Sinaloa
El primer mural de Oscar en Mazatlán se ubicó en la calle Rotarismo, medía 4x18 metros y se titulaba “El proceso del agua”, lo pintó a petición de un candidato a la alcaldía y no tuvo pago por su obra.
“De ahí comencé a pintar otros murales, en la Cámara de Comercio, en Culiacán en la Unión Nacional de Productores de Hortalizas, en la Secundaria Técnica 5, en otras secundarias y preparatorias y así empezó mi carrera como pintor muralista”, dice.

Aunque el pintor Oscar domina otras técnicas y artes pláticas como resina con fibra de vidrio, el yeso, el tallado en madera, cuadros de caballete, retratos, bodegones, acuarelas, oleos y paisajes; son los murales los que le han dado mayor reconocimiento entre la comunidad sinaloense.
“Lo que más me gustan son los murales, pero cuando me caen trabajitos de cuadros de caballete los hago, o un retrato de una persona lo pongo a posar y lo pinto”, asegura.
Entre las grandes experiencias de Oscar también se cuentan dos primeros lugares de dibujo a nivel estatal en concursos que convocaba el Gobierno del Estado, los Gobernadores Alfredo Valdez Montoya y Antonio Toledo Corro le entregaron los premios.
También ganó un primer lugar en un concurso de pintura que convocó el Acuario Mazatlán en los 80´s, con el tema del Carnaval, su cuadro le valió un buen premio económico y dejó en segundo puesto la obra del maestro Antonio López Saenz y en tercero la del retratista Armando Nava.
Desafíos y perseverancia: la lucha de un artista en busca de su sueño
A pesar de su ímpetu, Oscar reconoce que vivir del arte en Mazatlán es muy complicado, sin embargo, él se ha mantenido firme en su propósito de mostrar su talento a través de sus obras y continuar haciendo lo que más le gusta.
“He vivido de esto, muchas veces sufriendo hambre sobreviviendo, por eso también escribí un libro sobre la interpretación cuántica y espiritual de las artes pláticas, ese fue mi primer libro”, revela.

Además de ser pintor, Oscar también es escritor, tiene registrados nueve libros ante derechos de autor y trabaja en su décima obra literaria, en sus libros aborda temas de arte, ciencia, filosofía religión y poesía.
Aunque aún no publica ninguno de sus libros, confía en que terminando el décimo podrá buscar la manera de editarlos y sacarlos a la venta, ofrecer conferencias y mostrar al mundo esa otra cara de su arte.
El artista es autor de los murales del Palacio Municipal de Mazatlán, uno al pie de las escaleras del edificio titulado “Visualización de Hidalgo al Tercer Milenio” realizado en 2010, y el que adorna el interior de la sala de Cabildo.
También ha incursionado en el arte sacro con murales en iglesias como San Juan Apóstol, San Judas Tadeo, Sagrada Familia y Santa Teresita de Jesús.
Otros murales de Oscar están en los planteles de la UPSIN y UAdeO Unidad Regional Mazatlán, así como en la Secundaria General No.6 y la primaria Jaime Osuna Moreno.
La mayor parte de los murales del artista mazatleco retoman temas históricos la Conquista, la Independencia y la Revolución, pero también pinta sobre temas sociales en general. 
Su obra actual, en el Cecyte de Pradera Dorada se titula “Ciencia y tecnología cósmica” y representa al ser humano, su capacidad para generar las diversas energías, la conquista del espacio, el átomo que es el micro cosmos y las galaxias.
Durante la travesía de su vida, Oscar encontró el amor, se casó y tuvo dos hijos que hoy ya son adultos y aunque heredaron sus aptitudes artísticas no se dedican a la pintura como él.
Su esposa, Guadalupe, lo ha visto crecer como artista y ha apoyado sus sueños, aunque muchas veces no ha sido fácil, ella ha contribuido a la economía familiar para que Oscar continúe en el camino del arte.
A través de sus murales, Óscar Castillo Vega no solo embellece Mazatlán, sino que también siembra semillas de creatividad y reflexión en las generaciones futuras.
Su compromiso con el arte y la educación demuestra que, a pesar de los desafíos, es posible transformar la realidad a través de la pasión y el esfuerzo. 
En un mundo donde el arte a menudo se ve relegado, la dedicación de Óscar resalta la importancia de fomentar la cultura y la expresión artística como herramientas poderosas para el desarrollo personal y comunitario.
Su legado, tanto en la pintura como en la escritura, invita a todos a soñar en grande y a nunca dejar de perseguir lo que realmente nos apasiona. Oscar Castillo es un honroso referente del arte en Mazatlán.









