Reflexión sobre el pasado proceso electoral 06/06/2021
Hay que apoyar a nuestros tres niveles de gobierno y a los tres poderes en todo lo que nos parezca buena política de gobierno, pero también hay que señalar y objetar lo que no nos parezca.
Tuvimos un proceso electoral con prácticamente una paz general, salvo algunos contados casos, donde alrededor de once casillas no se pudieron instalar, de un total de 162,248.
Tuvimos una participación del electorado de alrededor del 51%, lo cual si no es lo más deseable, si es superior a la participación en otros procesos de elecciones intermedia.
La 4T, para mí obtiene un balance más que positivo, si bien perdió alrededor de 50 escaños en la cámara de diputados y una gran cantidad de alcaldías en la ciudad de México. Por otro lado ganó once o doce gobernadores de estados con su respectivos congresos y la mayoría de alcaldías. Sinaloa se pintó de 4T casi totalmente, ayudado en gran manera por el PAS.
Derivado de lo anterior, la 4T pierde la mayoría calificada pero conserva la mayoría absoluta, lo cual no le permitirá hacer cambios a la Constitución, pero sí le permitirá modificar otras muchas leyes y aprobar los presupuestos de ingresos y egresos.
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Mi esperanza es que como presidente necesita la mayoría calificada para hacer modificaciones sustantivas a la Constitución y consolidar su proyecto político; recapacite en su estrategia de polarización y encono, y se abra al diálogo y consenso con la sociedad civil y otros actores políticos. El consenso implica escuchar y conceder para recibir. Ojalá y el presidente aproveche esta coyuntura para el bien del país y de un México más unido.
La oposición fracasó en muchos partes básicamente por su falta de propuestas y porque el fantasma real del hartazgo de corrupción, impunidad y justicia social, sigue vigente. Este es un tema en que la real ciudadanía debería participar más.
Mi conclusión es que la mayoría de los mexicanos, independientemente de la orientación política, no tenemos más que un barco y ese barco se llama México. Hay que apoyar a nuestros tres niveles de gobierno y a los tres poderes en todo lo que nos parezca buena política de gobierno, pero también hay que señalar y objetar lo que no nos parezca. Los temas de seguridad, salud, educación, corrupción, impunidad y justicia social, siguen siendo temas a los que se les sigue quedando mucho a deber.
LPT
Imagen: El Noroeste